
Han salido a la luz 306 casos 816 víctimas en España
EL PAÍS publica la primera base de datos de referencia en España sobre los abusos a menores en el clero católico, con cientos de víctimas desde los años 30 hasta la actualidad
Por Iñigo Domínguez, Julio Núñez, Daniele Grasso
En España, oficialmente, el problema de pederastia en la Iglesia católica es casi inexistente. Parece una excepción dentro del mundo católico occidental, junto a Italia. La Conferencia Episcopal Española afirma que nunca ha contado los casos que conoce y, de todos modos, asegura que son muy pocos. El Estado nunca se ha preocupado por la cuestión. El resultado es que no hay ninguna estadística que permita saber la verdad. En otros países, bien la Iglesia, bien el Gobierno o los tribunales han emprendido investigaciones en profundidad. El caso más reciente es Francia, donde los obispos encargaron en 2019 a una comisión independiente que abriera un correo electrónico para recabar denuncias de víctimas: en tres años han surgido 10.000. En España ese buzón lo abrió EL PAÍS en octubre de 2018, tras publicar la primera radiografía del fenómeno con los escasos datos disponibles, las sentencias judiciales y la hemeroteca: apenas se contabilizaban 34 casos en cuatro décadas, y las diócesis españolas solo admitían cuatro. A partir de entonces, el correo electrónico de este periódico ha recibido más de 300 mensajes, que se han traducido en la publicación de medio centenar de casos. Junto a los que han ido saliendo a la luz en España a través de los medios de comunicación, las cifras se dispararon. EL PAÍS ha trabajado durante meses en recabar y clasificar de forma exhaustiva la información de todos los casos conocidos, con el fin de crear la primera base de datos de referencia sobre la pederastia en la Iglesia católica española. El resultado: 306 casos con 816 víctimas a mediados de abril de 2021. En dos años y medio la cifra se ha multiplicado por diez. La contabilidad provisional que hasta ahora llevaba este diario había llegado a 242 casos y unas 550 víctimas, y el trabajo de sistematización de los datos supone un nuevo salto cualitativo. Por otro lado, la cifra de víctimas se duplica si se consideran las estimaciones de otros posibles afectados que en cada caso hacen los afectados o los investigadores. https://datawrapper.dwcdn.net/hqWou/1/
En todos los países la tarea de sacar a la luz la pederastia en la Iglesia católica ha llevado años y ha estado encabezada por las investigaciones de los medios de comunicación. Esta base de datos, que se actualizará con los nuevos casos que se conozcan, es una herramienta pensada para durar años, documentar el fenómeno con exactitud y ayudar a las víctimas. Se puede consultar la lista de casos, ordenada cronológicamente, y buscar por municipio o lugar de los hechos (colegios, centros religiosos, etc.), además de filtrar los casos por comunidad autónoma y orden religiosa. Todos los detalles de cada caso se pueden conocer pinchando en el enlace de la noticia. Busque por municipio o por centro religioso Filtre por comunidad autónoma o por orden religiosa:
- 2021. Los jesuitas reconocen un caso de abusos de un religioso en 1927 que expulsaron de la orden
- 2021. Un alto cargo jesuita encubrió un caso de abusos de un religioso durante los años 30
- 2021. Los jesuitas encubrieron un caso de abusos desde 1937 a 1942 de un religioso, al que solo enviaron un carta de advertencia
- 2021. El superior general de los jesuitas españoels encubrió a un religioso que abusó de un menor entre 1946 y 1949
- 2021. Los jesuitas reconocen que encubrieron a un religioso que abusó de un menor en los años 40 y luego abandonó la orden en 1975
- 2021. Los jesuitas encubrieron y trasladaron a un religioso abusador en los años 50
- 2021. Los jesuitas reconocen que no actuaron cuando conocieron un caso de abusos a finales de los años 40
- 2021. Los jesuitas taparon un caso de abusos en los años 50 y trasladaron al sacerdote
- 2021. La orden de los jesuitas admite un caso de un religioso que abusó de un menor en 1953
- 2021. La Compañía de Jesús encubrió a un religioso que abusó de un menor entre 1955 y 1957 y lo trasladó de destino
- 2021. Los jesuitas suspendieron a un sacerdote que abusó de menores en los años 60, pero no lo expulsaron de la orden
- 2021. La orden de los jesuitas admiten que conocieron y taparon un caso de abuso en 1962, pero que amenazaron al religioso con expulsarle si seguía abusando de menores
- 2021. La Compañía de Jesús revela que conoció a finales de los años 60 un caso de pedetastia y que condenaron al abusador a un «arresto domiciliario»
- 2021. Los jesuitas conocieron un caso de abusos de en 1970 y solo advirtió al religioso que no lo siguiera haciendo
- 2021. La orden de los jesuitas apartó y trasladaron a un religioso que abuso de un menor en los años 70
- 2021. La Compañía de Jesús apartó del trato con menor a un abusador en los años 70, pero no lo expulsó de la orden
- 2021. Los jesuitas apartaron pero no expulsaron a un religioso que abuso de menores durante la década de los años 70
- 2021. La orden de los Jesuitas expulsó en 1981 a un clérigo que abusaba de menores, pero no lo comunicaron a la justicia civil
- 2021. La Compañía de Jesús admite que trasladó a un abusador de destino en 1984
- 2021. Un denunciante de abusos en los jesuitas de Alicante acusa a la orden desoír su caso desde 2010
- 2021. Los jesuitas reconocen que apartaron en 1995 a un clerigo por abusos en los ochenta y lo expulsaron de la orden en 2007
- 2021. La orden de los jesuitas pidió perdón en los 90 a la familia de una víctima por un caso de pederastia: no partó al abusador, al que solo advirtió de que no lo volviera a hacer
- 2021. La Compañía de Jesús reconoce que trasladó en 1990 a un clérigo por cometer abusos a menores
- 2021. Los jesuitas admiten que conocieron en 1995 que un clérigo abusaba de menores, pero no lo apartaron hasta siete años después
- 2021. La orden de los jesuitas expulsó en 1998 a un miembro por abusar de menores
- 2021. La Compañía de Jesús expulsó en 2004 a un jesuita por un caso de abusos en 1998
- 2021. Los jesuitas cambiaron de destino a uno de sus miembros por pderastia y lo expulsaron en 2002
- 2021. La orden de los jesuitas reconoce un caso de abusos en la década de los años 50
- 2021. La Compañía de Jesús reconoce que obligó a jubilarse a un clérigo por un caso de abusos, pero no lo denunció ante la justicia.
- 2021. Los jesuitas encubrieron y trasladaron un caso de abusos en 2005
- 2021. La orden de los jesuitas trasladó a uno de sus miembros en 2006 por un caso de abusos cometido tres años antes
Cada caso corresponde a un religioso o laico de una institución religiosa acusado de abusos en noticias publicadas a lo largo de los años, y que luego han sido condenados por la justicia o admitidos por la Iglesia dando credibilidad a las víctimas. Es una información que será de utilidad para los investigadores y para las víctimas que, en muchas ocasiones, se animan a denunciar y dar a conocer su caso cuando descubren que a alguien más le pasó lo mismo. La información de cada caso se irá actualizando y completando si surgen nuevos datos. (Si está interesado en reutilizar esta base de datos, puede solicitar acceso escribiendo a abusos@elpais.es)
En el mundo anglosajón ha sido común la publicación de listas de nombres de abusadores y de las diócesis a las que pertenecían, como las de AFP, Boston Globe, BishopAccountability.org, algunas diócesis de EE UU y asociaciones de víctimas. No obstante, ninguna tan completa que incluya el año en el que se produjo el abuso, la fecha en la que la Iglesia lo conoció y aquella en la que salió a luz de la opinión pública. También los nombres de los encubridores, medidas legales y canónicas, así como una relación de los destinos a los que fue trasladado el abusador y el número de niños de los que abusó.
En 2020 y 2021 el silencio de la Iglesia comenzó a romperse. Algunas órdenes religiosas presentes en España, como los jesuitas y los legionarios de Cristo, emprendieron investigaciones internas e hicieron públicas por primera vez cifras de casos. Otras les siguieron. También algunas diócesis, que dos años antes se negaban a dar cualquier información, comenzaron a admitir casos. Las diócesis abrieron por primera vez oficinas de atención a las víctimas. Muchos obispos y órdenes religiosas todavía se siguen negando a investigar o dar información, pero poco a poco el mapa de los abusos comienza a completarse, aunque si se toma como referencia lo ocurrido en otros países las estadísticas aún están en la superficie. El mapa de los casos destapados en cada provincia revela con claridad el papel decisivo de los medios de comunicación. Allá donde había medios que investigaban, los casos salían a la luz. El Periódico, en Cataluña, y el Diario de Noticias y la Cadena SER, en Navarra, se han destacado por sus investigaciones y eso se refleja en las estadísticas. Donde los medios no investigan sigue sin saberse la verdad. https://datawrapper.dwcdn.net/NiPw8/2/ https://datawrapper.dwcdn.net/kykHx/1/
La responsabilidad de las jerarquías eclesiásticas en ocultar el fenómeno es uno de los factores decisivos. En todos los países, tras la eclosión de casos de pederastia en las diócesis y órdenes religiosas, el siguiente paso ha sido la identificación de las autoridades religiosas que los silenciaron, los ignoraron o los ocultaron. En muchos casos el Vaticano ha intervenido con medidas disciplinarias. En España numerosos obispos, muchos con cargos relevantes dentro de la Conferencia Episcopal Española, se han visto salpicados por la deficiente gestión de los casos que han conocido, y el análisis de cada episodio evidencia sus responsabilidades.
Los encubridores
Juan José Asenjo Arzobispo de Sevilla, obispo auxiliar de Toledo (1997-2003), obispo de Córdoba (2003-2008) y exsecretario general de la Conferencia Episcopal Española. Mantuvo en el cargo y apoyó a un sacerdote investigado por abusos en la diócesis de Córdoba a comienzos de los años 2000.
Sebastiá Bardolet Abad del monasterio de Montserrat, en Cataluña (1989-2000). Conoció la denuncia de abusos de un menor contra un monje, Andreu Soler, y no tomó medidas. Solo en 2000 el acusado fue trasladado a otro centro de la orden. La abadía ha reconocido que no lo denunció a la policía, ni abrió ningún procedimiento canónico, según las reglas de la Iglesia, ni lo notificó al Vaticano.
Antonio Briva Obispo de Astorga (1967-1994) y antiguo miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal. Encubrió y trasladó en dos ocasiones al cura José Manuel Ramos Gordón por varios casos de abusos a menores en los años 80.
Jaume Camprodon Rovira Obispo de Girona (1973-2001). Encubrió un caso de abusos de un sacerdote en una excursión parroquial
Ricard Maria Carles i Gordó Cardenal emérito de Barcelona, arzobispo de Barcelona (1990-2004), obispo de Tortosa (1969-1990) y ex vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. Encubrió el caso del sacerdote Jordi Senabre, imputado por abusar de un niño de 12 años en 1988 en Polinyà (Barcelona). Antes de que se celebrase el juicio Carles firmó en 1990 el traslado a Ecuador de Senabre como misionero, según descubrió EL PAÍS en 2018, y así pudo huir al extranjero. Allí se ha ocultado hasta la actualidad. Según denunció en un libro el escritor Pepe Rodríguez, también participó en los noventa en el encubrimiento del escándalo de la Casa de Santiago y Nous Camins en Barcelona, una organización convertida en secta donde se denunciaron abusos sexuales.
Josep Maria Cases Deordal Obispo de Segorbe-Castellón (1971-1996). Está en proceso para ser beatificado por la Iglesia. Encubrió y trasladó en 1984 a un cura que abusó de un menor en Artana (Castellón).
José Guerra Campos Obispo de Cuenca (1973-1996) y exsecretario general de la Conferencia Episcopal Española (1966-1972). Encubrió y trasladó al párroco de Mota del Cuervo (Cuenca) tras un caso de abusos.
Narcís Jubany Arnau Cardenal de Barcelona (1971-1990), obispo de Girona (1964-1971) y antiguo miembro del consejo de cardenales de Juan Pablo II. Según denunció en un libro el escritor Pepe Rodríguez, participó en los años ochenta y noventa en el encubrimiento del escándalo de la Casa de Santiago y Nous Camins en Barcelona, una organización convertida en secta donde se denunciaron abusos sexuales.
Cassià Marià Just Abad del Monasterio de Montserrat, en Cataluña (1966-1989). Conoció las acusaciones de abusos contra un monje, Andreu Soler, y no tomó medidas. Los abusos continuaron durante décadas.
Carlos López Obispo de Salamanca desde 2003 a la actualidad. Ha encubierto al sacerdote Isidro López, condenado en 2014 por tres casos de abusos. Como sus predecesores, ignoró las denuncias contra él, según consta en la sentencia canónica de 2014 a la que tuvo acceso EL PAÍS, y, tras la denuncia de una víctima en 2011, no apartó al abusador, pese a que había confesado, y siguió oficiando en una parroquia y en contacto con menores. Además, encubrió al cura Francisco Carreras, un sacerdote expulsado de la diócesis de Miami en 1981 por varias denuncias de pederastia y que recaló en Salamanca, pese a las advertencias de las autoridades eclesiásticas de Estados Unidos. Llegó a oficiar como párroco en 12 localidades hasta 2004, donde cometió numerosos abusos.
Julián López Obispo de Ciudad Rodrigo (1994-2002) y de León (2002-2020). En 1998 no impuso una pena canónica a un sacerdote condenado a un año de prisión por abusos y ocultó a los fieles que había sido condenado. Según el relato de la familia de una segunda víctima, pactó con ellos que no denunciasen a cambio de trasladarlo a otro pueblo, aunque López lo niega.
Camilo Lorenzo Obispo de Astorga (1995-2015). Encubrió un caso de abusos en el Seminario Menor de La Bañeza (León) por parte del sacerdote José Manuel Ramos Gordón.
Francisco Javier Martínez Fernández AArzobispo de Granada, obispo de Córdoba (1996-2003), obispo auxiliar de Madrid (1985-1996) y miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal de España. Encubrió a un sacerdote acusado de abusos en la diócesis de Córdoba y lo mantuvo en el cargo a pesar de las denuncias en los tribunales.
Lluís Martínez i Sistach Cardenal emérito de Barcelona y exmiembro del Comité Ejecutivo de la Conferencia Episcopal. Encubrió el caso del sacerdote Jordi Senabre, imputado por abusar de un niño de 12 años en 1988 en Polinyà (Barcelona) y que huyó del país con la ayuda del arzobispado de Barcelona. Antes de que se celebrase el juicio, el arzobispo Ricard Maria Carles firmó en 1990 el traslado a Ecuador de Senabre como misionero, según descubrió EL PAÍS en 2018. En el momento de la huida Martínez i Sistach era obispo auxiliar y cuando Carles dejó el cargo le sustituyó como prelado de la ciudad condal en 2004. En su cargo, continuó encubriendo la fuga del acusado.
Carlos Osoro Cardenal de Madrid, arzobispo de Valencia (2009-2014), arzobispo de Oviedo (2002-2009), obispo de Ourense (1997-2002) y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española. Encubrió un caso en la archidiócesis de Oviedo en los años 2000 cuando la madre de una víctima le comunicó personalmente que un sacerdote de su diócesis había abusado de sus hijas pequeñas.
Jaume Pujol Balcells AArzobispo emérito de Tarragona (2004-2019). Encubrió a un cura en 2011 que abusó de tres niñas en un colegio de Cabra de Camp. Fue apartado dos años del sacerdocio en el Monasterio de Poblet, pero luego volvió a ser cura en Arbeca y otros municipios de Urgell, donde también daba catequesis. En 2019 la diócesis, tras una investigación, afirmó que no había pruebas de delito. En la justicia civil continúa abierto el caso.
Braulio Rodríguez Arzobispo emérito de Toledo, obispo de Salamanca (1995 a 2002) y exmiembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española. Siendo obispo de Salamanca, ignoró las denuncias contra el cura Isidro López, según consta en la sentencia canónica de 2014 a la que tuvo acceso EL PAÍS. Como obispo de Toledo, ha ignorado las denuncias contra un sacerdote procesado en Talavera, pues solo después de que la víctima escribiera al Vaticano abrió un proceso canónico y desoyó durante años las acusaciones contra otro cura del seminario menor Santo Tomás de Villanueva. Además, encubrió al cura Francisco Carreras, un sacerdote expulsado de la diócesis de Miami en 1981 por varias denuncias de pederastia y que recaló en Salamanca, pese a las advertencias de las autoridades eclesiásticas de EE UU. Llegó a oficiar como párroco en 12 localidades hasta 2004, donde cometió numerosos abusos.
Antonio María Rouco Varela Cardenal de Madrid (1994-2014), arzobispo de Santiago de Compostela (1984-1994) y ex presidente de la Conferencia Episcopal Española. Encubrió un caso en Madrid cuando unos catequistas le comunicaron los abusos de un sacerdote en los años 2000. Los denunciantes, que luego acudieron a la justicia civil, aseguran que Rouco Varela ejerció presión para que el caso no saliera a la luz. En otro caso en Alcalá de Henares, donde un cura fue condenado a 10 años de cárcel en 2003, la familia y la acusación particular le acusaron de haber ignorado las denuncias de la madre.
Mauro Rubio Obispo de Salamanca (1964 a 1995). Encubrió al sacerdote Isidro López, condenado por tres abusos en 2014. Ignoró las denuncias que llegaron contra el cura, según consta en la sentencia canónica de 2014 a la que tuvo acceso EL PAÍS, mediante una grabación de su lectura a las víctimas, pues no se les dio copia. Además, encubrió al cura Francisco Carreras, un sacerdote expulsado de la diócesis de Miami en 1981 por varias denuncias de pederastia y que recaló en Salamanca, pese a las advertencias de las autoridades eclesiásticas de EE UU. Rubio lo acogió y el cura llegó a oficiar como párroco en 12 localidades hasta 2004, donde cometió numerosos abusos.
Jesús Sanz Arzobispo de Oviedo, miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española y comisario pontificio de Lumen Dei. Encubrió un caso después de que una víctima le entregase una carta contando los abusos que un sacerdote ejerció sobre ella cuando era menor. También le visitó personalmente y no hizo nada.
Josep Maria Soler Abad del monasterio de Montserrat, en Cataluña, desde 2000 a la actualidad. Conoció la denuncia de abusos de un menor contra un monje, Andreu Soler, y no tomó medidas. Solo en 2000 el acusado fue trasladado a otro centro de la orden. La abadía ha reconocido que no lo denunció a la policía, ni abrió ningún procedimiento canónico, según las reglas de la Iglesia, ni lo notificó al Vaticano.
Carles Soler Perdigó Obispo emérito de Barcelona (2001-2008) y obispo auxiliar de Barcelona (1991-2001). Según denunció en un libro el escritor Pepe Rodríguez, participó en los años ochenta y noventa en el encubrimiento del escándalo de la Casa de Santiago y Nous Camins en Barcelona, una organización convertida en secta donde se denunciaron abusos sexuales. En aquel momento era también Vice-Provisor y Juez Pro-Sinodal de la Curia de Justicia del arzobispado de Barcelona.
Jaume Traserra Cunillera Obispo emérito de Solsona y obispo auxiliar de Barcelona (1993-2001). Según denunció en un libro el escritor Pepe Rodríguez, participó en los años ochenta y noventa en el encubrimiento del escándalo de la Casa de Santiago y Nous Camins en Barcelona, una organización convertida en secta donde se denunciaron abusos sexuales. Entonces era vicario general de la archidiócesis.
Teodoro Úbeda Obispo de Mallorca (1973-2003). Encubrió un caso de abusos al sacerdote de su diócesis Pere Barceló en Can Picafort, según se demuestra en la sentencia canónica de la propia diócesis en 2011
Joan-Enric Vives Sicilia Arzobispo de Urgell, copríncipe de Andorra y obispo auxiliar de Barcelona (1993-2001). Según denunció en un libro el escritor Pepe Rodríguez, participó en los años ochenta y noventa en el encubrimiento del escándalo de la Casa de Santiago y Nous Camins en Barcelona, una organización convertida en secta donde se denunciaron abusos sexuales. Entonces era obispo auxiliar de la ciudad.
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