Vemos que nuestra amiga cada vez está más centrada en su relación, pendiente de lo que su novio le dice por Whatsapp, y que cada vez está más aislada de nosotras. Nos damos cuenta de que responde con evasivas cuando le preguntamos por algún moratón o por alguna actitud extraña de su novio. Pueden ser signos de que nuestra amiga padece violencia de género (física o psicológica), y aunque lo niega, sabemos que algo va mal y queremos ayudarla. Hemos hablado con expertos que nos explicarán cómo ayudar a nuestra amiga en una situación tan complicada.
Señales de alarma del maltrato
Se trata de un terreno complicado, porque tu amiga está metida en un problema y tú la quieres ayudar, pero hay que pisar con cuidado porque puedes acabar muy lejos de ella y ella aún más lejos.
Antonia Ávalos de Mujeres Supervivientes, Doctora en Estudios de Género, nos dice la importancia de que las amigas estemos atentas a las señales de alarma si vemos que hay un cambio de comportamiento en nuestra amiga, ya que podemos ser las primeras en darnos cuenta y su mejor apoyo en estos momentos.
Antonia nos pide que observemos cómo se comporta: «si está triste, nerviosa, distraída, al pendiente de los whatsapp y llamadas de su pareja. Si su mundo y vínculos afectivos dejaron de ser importantes para ella y se centra única y exclusivamente en la demanda, necesidades, tiempo, de él. Si decide no salir con las amigas, por salir con él, exclusivamente. Si ha dejado de realizar sus pasatiempos, desarrollo personal, intereses, etc., Si ha cambiado su forma de vestir, de hacer, de decir lo que antes hacia de manera normal.»
Ana Bella de Fundación Ana Bella, una mujer superviviente, emprendedora social de Ashoka, nos comenta que «un 10% de las mujeres son maltratadas a lo largo de su vida (más de 2 millones de mujeres en España) y solamente el 27% de las mujeres denuncian. Si no rompemos ese silencio, las mujeres maltratadas resultan invisibles. Las amigas pueden ser un gran apoyo para romper ese silencio«.
Las amigas pueden ser un gran apoyo para romper el silencio de las mujeres que no denuncian.
«Una relación de maltrato no es solo de maltrato físico, sino que es una relación de dominio y sumisión. Hay mujeres que llevan una vida perdida, dedicada por y para el hombre con humillaciones, vejaciones y prohibiciones. Ellas son las verdaderas mujeres invisibles, que no tienen una evidencia física ni pruebas de su situación.»
A veces no hay señales evidentes del maltrato, pero sí que podemos notar que nuestra amiga ha cambiado desde que inició la relación con esta pareja. Aunque haya moratones y golpes, nuestra amiga siempre contestará con excusas y evasivas. A veces también hay cambios en la forma de vestir, mujeres que se arreglan mucho dejan de arreglarse o también al contrario, mujeres que no se maquillaban, mientras que con su nueva pareja se tienen que vestir provocativamente para contentarle y que él pueda presumir de ella.
Desde la asociación Miriadas nos explican: «La violencia irá en aumento según haya o no sometimiento: gritos, maltrato psicológico, golpes…»
«Una manera de aislarte es discutir cada vez que quedas con las amigas, y el maltratador culpa a la víctima «no ves que cada vez que quedas con ella discutimos» y por evitar los gritos, el dolor y el sufrimiento la mujer deja de quedar con las amigas»
Una indicación de una relación poco sana es si vemos que nuestra amiga deja de aparecer socialmente. En el principio de una relación es normal que haya más intimidad y que quieran estar juntos, pero si nuestra amiga solo sale con él y sus amigos y deja de estar con sus amigas puede ser una señal de peligro.
«Todo esto no pasa de repente, son situaciones muy sutiles. Si alguien nos prohíbe vestir de una manera directamente todas nos opondríamos, pero si un día nos pone mala cara porque nos ponemos una minifalda corta, o comenta que una chica parece una buscona porque va vestida con minifalda y en cambio, nos piropea cuando vamos vestidas más discretas, lo que provoca es que a la larga cambiemos nuestra forma de vestir por él«, nos explica Ana Bella.
Una relación así lleva a la víctima a quedarse sin amigas, porque hay comentarios negativos de la pareja hacia ellas, porque él se muestra mucho más simpático con su grupo de amigos que con el de ella. Poco a poco va apartando a la víctima de ellas. A veces cuando tenemos planes para un día con amigas, él la sorprende con un plan mejor que no puede rechazar, o se pone enfermo para evitar que salga con ellas. Haciendo a la chica sentirse culpable por salir sin él. No lo prohíbe directamente, pero va consiguiendo que cada vez ella sea menos independiente y pase todo el rato con él.
Cuando hablamos de que el maltratador aísla a la víctima no lo hace a través de prohibiciones, sino de manera sutil que hace que ella vaya dejando de quedar con las amigas, de tomarse algo después del trabajo con los compañeros, etc. Las amigas íntimas dejan de ser íntimas para ser solo amigas.
A veces la señal de alarma es cuando te piden pruebas de amor: demostrar lo mucho que le quieres dándole tu contraseña del móvil, dejándole que tengas relaciones con él sin preservativo. «Si me quieres, harás ésto o lo otro» es una frase de manipulación.
Ana Bella también nos advierte: «En ocasiones caemos en el error de idealizar el amor romántico, creyendo que ciertas señales son signo de su interés hacia ti cuando en realidad son una manera de controlarnos: venir a buscarnos todos los días al trabajo, preguntarnos constantemente dónde estamos y con quién, con la excusa de protegernos. Si no te deja libertad, si muestra celos, no te quiere lo suficiente, es solo inseguridad«.
Cómo ayudar a nuestra amiga
Ana Bella nos dice que la mejor manera de tratarlo es preguntarle: «Te veo rara, ¿qué te pasa? Si necesitas ayuda aquí estoy, si necesitas mi teléfono, llámame cuando quieras«. Lo normal es que te niegue el maltrato. No importa, porque ya le hemos manifestado nuestro apoyo y la hemos dicho que estamos a su lado, ya hemos dado un paso para darle la oportunidad de que tenga una salida, incluso dos años después se acordará de ti y de tu oferta de ayuda. Ana Bella nos recomienda intentar pasar tiempo con ella a solas, para darle la ocasión de hablar cuando se sienta segura.
Aunque notes que tu amiga se está aislando, hay que insistir, seguir llamándola, y a veces tenemos que decir cosas que no le gustará oír, ser pájaros de mal agüero: anticiparle las cosas que él no la va a dejar hacer, darle la opinión sobre su pareja de manera empática. Así de podrá dar cuenta de lo que le está ocurriendo.
La verdadera amistad no se enfría, hay que insistir si creemos que pasa algo raro en su relación.
La señal más clara de que algo va mal en la relación es preguntarla si le da miedo dejar la relación y ella dice que sí. Simplemente plantéarselo al marido o novio le da miedo.
Si ella empieza a contarte todo, lo único que tenemos que hacer es escucharla, con empatía, dejar que te cuente, sin juzgarla (evitando comentarios como «¿cómo aguantaste tanto?«), porque eso la hará retrotraerse de nuevo. Aguantar sus silencios, sus lloros, a su lado y con paciencia. Abrazarla, darle cariño. Y cuando termine, preguntarle «¿en qué te puedo ayudar?» Decirle que no somos expertas, y ofrecernos a acompañarla a una asociación para ver cómo nos pueden ayudar si aún no está preparada para denunciar, o acompañarla a la policía para denunciar, lo que ella necesite.
«Si ella no identifica su situación como maltrato una buena idea es ver algún documental, algún programa, escuchar a alguna mujer maltratada para que ella se dé cuenta de que le ocurre algo parecido«. Nos aconsejan desde Miriadas.
Acudir a una asociación de mujeres puede ser de mucha ayuda ya que pueden ver y escuchar casos de mujeres similares a los suyos y sentirse identificadas. Muchas veces ellas no son conscientes de lo peligroso de su situación hasta que no lo ven en otras personas.
Antonia Ávalos nos habla sobre las denuncias de maltrato. «Si se ha producido un episodio de violencia fuerte, hay que acompañarle a denunciar, pero si regresa a su casa está en un grave peligro, si él la convence y quita la denuncia igualmente. Por ello, la mujer necesita estar bien emocionalmente para continuar con la denuncia y su trabajo terapéutico de reconstrucción personal y recuperación de la autoestima, etc»
Ana Bella nos habla de la importancia de las amigas «Es muy fácil ayudar a una víctima, no hace falta ser psicóloga, hay que ser amiga. La mayoría de las denuncias se hacen acompañada de una amiga o familiar que ayuda a romper el círculo y a romper esa dependencia emocional«.
Fuente: https://www.trendencias.com/feminismo/mi-amiga-sufre-violencia-de-genero-que-hago