La crisis no rompe con los maltratos

Oct 20, 2013 | General

La reducción de ayudas y el temor de no poder mantener a sus hijos hacen que se piensen acudir al juzgado

Según los datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género, en el primer semestre de este año se han recogido 60.981 denuncias, son 2.684 menos que en el mismo semestre de 2012, lo que supone un 4,2% menos. Y desde 2008 a 2012, cayeron un 9,6%.
Sin embargo, que haya menos denuncias no implica que se produzcan menos casos de maltratos. La presidenta del Observatorio, Inmaculada Montalbán, dice que «la dependencia económica y el miedo a no poder sufragar los gastos de educación y alimento a sus hijos obligan a las mujeres a mantenerse en silencio». A esto se le suma un factor externo: «Al haber menos ayudas económicas y asistenciales, la víctima se se sentirá menos segura y se pensará dos veces interponer una denuncia».
Es por esto que existe «una bolsa de maltrato oculta» que esperan que en un futuro emerja y anime a las mujeres a demandar. Montalbán asegura que «los órganos judiciales y las instituciones son conscientes de estos problemas y están preparadas para responder y romper el círculo de la violencia». Sí aumenta el número de denuncias durante los meses abril, mayo y junio, «un repunte habitual», que se debe, según Inmaculada Montalbán, «al fruto de las campañas de sensibilización».
El Observatorio también ha desmentido dos mitos. Según explica Montalbán «no es cierto que haya mujeres que «denuncian falsamente» al marido para quedarse con la custodia de los hijos», y tampoco es cierto que «el alcohol, las drogas o la locura sean la última causa por la que se comete el asesinato. Siempre hay factores detrás», asegura.
Por Comunidades Autónomas, Madrid, Andalucía, Valencia y los dos archipiélagos son las que recogen mayor número de denuncias, aproximadamente 9 demandas por cada 10.000 habitantes. Demandas que alrededor del 60% acaban en sentencias condenatorias. Según Sanidad, en lo que va de año son 35 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas.

Por Jorge Solano.