Cuando las desigualdades crecen, las injusticias aumentan, la vida resulta más ineficaz e ineficiente y se hace necesaria la movilización de la sociedad para no retroceder en los derechos alcanzados.
Se trata de reafirmarse en lo conseguido en las tres últimas décadas y de seguir marcando el camino para hacer efectiva la igualdad, que o es real o no es igualdad. No podemos silenciar las voces de las mujeres ni desaprovechar su talento.
Con las políticas de este gobierno el retroceso en igualdad es clamoroso. La paridad se ha vulnerado sistemáticamente, la brecha salarial, el desempleo femenino y la precarización han crecido. La corresponsabilidad y la conciliación parecen hoy ciencia ficción y la feminización de la pobreza es creciente entre nosotras.
Los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, su libertad para decidir sobre su maternidad corren serio peligro desde que la resolución de la grave crisis económica actual se alía con las anacrónicas reivindicaciones episcopales, desviando la atención política de la crisis y el paro, obligándonos de nuevo a luchar frente a la cruzada, anunciada por Gallardón, contra las mujeres que quieran ejercer su libertad reproductiva.
Frente a quienes nos agreden y atemorizan negando la libertad y la capacidad de decisión de las mujeres, reivindicamos que la maternidad debe ser un acto consciente, libre e intencional, resultado del deseo de las mujeres.
La violencia de género es una de las grandes heridas de nuestra cultura que hay que combatir. El largo camino hacia la igualdad está jalonado de innumerables obstáculos, que las mujeres hemos ido salvando durante el transcurso de muchos años de luchas y en cuyo recorrido se perdieron y se siguen perdiendo muchas vidas. En lo que va de año hemos contabilizado 39 víctimas de violencia de género y desde el día 25 de Abril a fecha de hoy 7.
La violencia contra las mujeres se utiliza y sirve para mantenernos en situación de inferioridad, para atemorizarnos a todas.
Nunca como ahora se hace necesario luchar con todas las fuerzas y medios posibles, porque queremos abrir nuestro propio camino y romper las cadenas que nos atan.
No es el momento de callar sino de luchar.
CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES, REACCIONA, NI UNA AGRESIÓN NI UN ASESINATO MÁS.