Por Pilar r. Quirós | málaga
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La psicóloga infantil Remedios Aranda hace un recorrido por las indicaciones que hay que darles a los niños por tramos de edades, y hace hincapié en la importancia de explicarles cómo controlar las redes
Aunque afortunadamente los casos de abusos sexuales a menores no son frecuentes, ocurrir, ocurren. No faltan las noticias de profesores o personas del entorno cercano a menores que han sido detenidos por abusar de ellos. A los padres, cuando leen estas noticias, se les cae el alma a los pies y muchos ‘esperan’ que nunca les pase a sus hijos. Pero ‘esperar’ no es el verbo que se debe utilizar en el proceso educativo, sobre todo si se quiere culminar con éxito en la parcela en la que aborde.
Hay que actuar, prevenir. En este caso, en el de abusos a menores hay varias pautas que se pueden tener en cuenta, que se les puede explicar a los menores para enseñarles que su cuerpo es suyo y que no deben dejar que nadie lo vulnere, que nadie lo ‘viole’. Es duro tener que abordar esta explicación, pero los psicólogos y educadores que están a la vanguardia estiman que es mejor prevenir que curar y que una explicación a tiempo puede evitarnos muchos malos ratos.
La psicóloga infantil, especializada en educación de menores, Remedios Aranda empieza explicando, dando la definición, de lo que sería un abuso a un menor. Abuso sexual es todo aquel que se produzca con violencia, sin violencia, entre menores, con exhibicionismo, exponerlos a material pornográfico, bouyerismo o comunicación sexual y visual por teléfono e internet.
La primera regla que hay que entender en este proceso es que los niños no tienen madurez como para entender el sexo, así que ellos de forma natural supondrán que cualquier asunto de este tipo que les ocurra no es normal. Pero aún así, conviene explicarles ciertas reglas, que Aranda también se presta a separar por edades.
Como regla general a todos los grupos de edades, es importante, según Aranda, observarlos e indagar si tienen un cambio de estado de ánimo en general (no en un día particular), que puede implicar estar huidizos, huraños o malhumorados. No es una buena señal y hay averiguar por qué.
Es importante esta averiguación en el caso que nos ocupa -y también para solventar otros problemas-, porque los acosadores suelen hacerles chantaje cuando abusan de ellos para que sientan vergüenza, se sientan culpables o sientan miedo. “Si se lo dices a tus padres, les diré que es por tu culpa”, frase cae como una losa en un niño, que no puede gestionar esta presión como si fuese un adulto.
Hay que tener cuidado con las personas que rodean a tus hijos. Lo primero que quiere un abusador es entablar amistad con la familia. No hay por qué sospechar angustiosamente de todo el mundo, pero estar atentos, y sobre todo, e intentar que los niños pequeños en la medida de lo posible vayan al baño, cuando están fuera del cole, con sus padres o con alguna persona de absoluta confianza. Y, por supuesto, no dejarles ir solos, sobre todo al de hombres, hasta que no tengan ciertas edades, que cada padre y madre sabrá cuáles son según la madurez de sus hijos. Los baños son un sitio peligroso, aunque no se piense, y los de los varones la exposición es mucho mayor (urinarios abiertos, etc).
También hay que explicarles en general que hay secretos buenos y malos, pero que secretos sólo pueden tener con sus padres. Y que los secretos malos pueden ser aquellos que intentan obligarles a tener otras personas que no son los padres, y que éstos siempre se les debe contar a los primeros. Los acosadores siempre piden mantener lo que hacen en secreto, por eso esta palabra es vital.
Por edades, la psicóloga infantil da una serie de consejos, que serían los que se deben aplicar para instruir a los niños a preservar su cuerpo y su integridad y evitar los abusos sexuales:
De 3 a 7 años de edad
-En esta edad es muy útil enseñarles la regla de Kiko, que puso en marcha el Consejo de Europa para ayudarles a preservar sus partes íntimas. Pincha aquí para conocerla.
El Consejo de Europa estima que uno de cada cinco niños es víctima de violencia sexual, incluido el abuso sexual. Entiende que esto se puede evitar enseñándole al niño la regla de Kiko. El spot, que es muy descriptivo, muestra a un niño que sonríe cuando una mano de colores le toca el pelo, que sonríe cuando le toca la nariz, cuando le toca las manos y que se enfada y se pone morado cuando intenta tocarle sus partes íntimas. El anuncio está muy bien hecho para edades de tres a siete años.
-Hay que explicarles a los niños que sus partes íntimas son eso, íntimas, y que a ellas solo acceden los padres y un pequeño grupo muy reducido de personas que hay que considerar (a la hora del baño, para ir al cuarto de baño, etc).
-Que con los padres, nunca, jamás, hay secretos. Y que si otras personas les piden que los tengan, que rápidamente tienen que contárselos para que estén seguros. Que los padres siempre les cuidan, que es su objetivo.
-Que no dejen que nadie les pida que se desnuden.
-Que no dejen que les enseñen fotos raras (material pornográfico).
-Que no se queden a solas, nunca jamás, con alguien que no conocen.
-Atentos también a los conocidos, esa es la forma de llegar al núcleo de la familia. Esta se convierte ya en una tarea de los padres, la de prestar atención.
De ocho a once años
-A los niños de esta edad hay que informarles con más atención y observar sus comportamientos, al tiempo que hay que intentar generarles confianza para que cuenten a sus padres todo lo que les preocupa. Este punto es esencial.
-Hay que pedirles que compartan y cuenten a sus padres todas las experiencias que consideren que no son naturales.
-Que no dejen hacerse fotos que les comprometan ni acciones que rechazan. Y que si alguien les obliga, que lo cuenten.
-Insistir en el acceso a las zonas íntimas, que nadie les tiene que observar desnudos ni tienen por qué desnudarse ante nadie (otra cosa son los vestuarios comunitarios, y aún así hay que saber qué personas frecuentan estos espacios con ellos).
-Con 10-11 años pueden explicarse las primeras nociones de lo que es el sexo, y frases propias como que nunca jamás hagan nada que no quieran hacer. Los malos son siempre los que les obligan a hacer cosas que no quieren es el mensaje.
-En principio, los niños de esta edad no deben acceder a redes sociales, pero si usan los ordenadores o tablets deben tener controles parentales, y que no estén solos en sus cuartos usándolos. Cualquier acosador podría aprovechar este momento de soledad para pedirles que se desnuden, se hagan fotos, etc.
De 12 años de edad en adelante
-En esta edad, en la que tienen mayor autonomía, hay que estar atentos a su grupo de amigos. El abuso puede provenir de cualquier grabación que les hagan y la extiendan entre sus grupos de amigos a través de las redes.
-Al hablarles de sexo en estas edades es casi preceptivo explicarles que pueden decir siempre que no. A las chicas que pueden hacerlo incluso con la ropa interior quitada. Que NO es NO. Y que nunca deben sentirse obligadas.
-Que no den sus datos personales por las redes sociales y que no se fíen de nadie en Internet. Aranda explica que la Policía Nacional para prevenir el ciberacoso pone un vídeo en el que un adulto engaña a una niña haciéndose pasar por un adolescente, la cita en un parque, allí le dice que es amigo del adolescente y que vaya con ella…y lo que puede seguir detrás.
-Que en las redes preserven a su familia, su identidad, no hacerse fotos con el uniforme y colgarlas para que no sepan a qué colegio va, no aceptar a amigos que no conozcan. En estas edades, el abuso puede ser más cibernético, a través de internet.
fuente: http://www.elnortedecastilla.es/padres-hijos/educacion/201704/10/como-ensenarle-hijo-nadie-20170410091951-rc.html