La OCDE: «Ningún país del mundo ha logrado la igualdad de género y no hay razón para ello»
Por ISABEL F. LANTIGUA
Una mujer que pide en la calle habla con una limpiadora ante un escaparate. SUSANA VERAReuters
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Las mujeres están en desventaja en todos los ámbitos de la vida
«La igualdad de género no sólo es un derecho fundamental. Es, además, esencial para el bienestar de las sociedades y las economías». Así comienza el extenso informe que la OCDE acaba de publicar bajo el título: «Perseguir la igualdad de género: una batalla cuesta arriba». En él hace a los Gobiernos un llamamiento a la acción, recalca que los países han hecho muy pocos progresos en los últimos cinco años y constata que la mujer está en desventaja en todos los ámbitos de su vida y en todos los países, así como poco representadas en los puestos de liderazgo y en la política.
«Ningún país del mundo ha alcanzado la igualdad de género. Incluso los más igualitarios ofrecen menos oportunidades para ellas». Sherpa Gabriela Ramos, portavoz de la OCDE, ha asegurado en el lanzamiento del informe, que se publica antes de la celebración del Foro de Mujeres que tendrá lugar en París, que «la búsqueda de la igualdad de género debe ser una prioridad para lograr un crecimiento sostenible e inclusivo en beneficio de todos los ciudadanos» y que «no hay razón para que las mujeres sigan detrás de los hombres en los resultados sociales, económicos y políticos». Por eso, ha insistido, «los países necesitan hacer mucho más para alcanzar los objetivos de igualdad de género».
En 2016, la OCDE preguntó a 37 países, entre ellos España, cuáles eran los retos más urgentes a los que se enfrentaban en relación con la desigualdad de género. La violencia contra la mujer ocupó el primer lugar (21 de 37 respondieron eso). En el segundo puesto situaron que ellas cobraran menos que ellos y, en tercer lugar, la desigualdad en el reparto de las tareas domésticas.
Empleo
La participación de la mujer en el mercado laboral ha aumentado en algunos países hasta casi igualar la de los hombres en las últimas décadas. Sin embargo, el documento recoge que las condiciones de ellas, de entrada, difieren de las de los varones: tienen más posibilidades de trabajar a tiempo parcial, tienen menos opciones de ser ascendidas o de entrar directamente en un puesto de responsabilidad y ganan, de media, hasta un 15% menos que sus colegas masculinos en todos los países de la OCDE. En países como España, señala el informe, la diferencia salarial entre ellos y ellas llega al 20% en los trabajos muy cualificados. En el ámbito de los servicios, la brecha es de alrededor del 40% en nuestro país, como ocurre en Italia, Luxemburgo y Turquía
Además las mujeres encuentran trabajo en sectores menos lucrativos y suelen trabajar por cuenta ajena y no ser sus propias jefas.
Ante la cuestión de ¿cuáles son las barreras que aún dificultan el acceso de la mujer al mercado laboral? la mayoría de los países contestó que «la poca facilidad y flexibilidad para el cuidado de los hijos». En casi todos los países, les penaliza ser madres. Dejar el trabajo cuando nace el bebé tiene efectos perjudiciales muy a largo plazo para las mujeres, tanto en reconocimiento como en salario. El informe añade que las brechas de género tienden a aumentar con la edad, «lo que refleja el papel crucial» que desempeña la maternidad en la igualdad, que repercute en la remuneración y en el progreso profesional de las mujeres.
La tasa de empleo para los hombres en edad de trabajar en 2016 era del 74,1% (frente al 71,9% en 2012). La de ellas era del 62,8% en 2016 frente al 60,1% de 2012. Sólo un tercio de los puestos directivos en los países de la OCDE están ocupados por mujeres y en cuanto a CEOs, sólo lo son el 4,8% de las féminas. Eso sí, el porcentaje supone el doble que en 2013.
En 2014, los líderes del G20 se comprometieron a reducir la brecha de género en el ámbito laboral un 25% para 2025. Pero, de momento, la mejora no se aprecia.
Educación
Muchos países han alcanzado la igualdad en el acceso a la educación primaria y secundaria. Pero la desigualdad sigue siendo notable en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). En los países de la OCDE, a los 15 años, los chicos tienen el doble de expectativas que las chicas sobre que van a trabajar de ingenieros, científicos o arquitectos. Sólo el 18% de las mujeres entran en una carrera de ingeniería en los países estudiados.
Los informes PISA reflejan eso también. En el último, los niños obtenían mejores puntuaciones que las niñas en las pruebas numéricas. Especialmente relevantes eran los casos de Austria, Brasil, Chile, Costa Rica, Alemania, Irlanda, Italia y España, donde la media de los chicos superaba en 15 puntos la de ellas. Y esta diferencia ha permanecido invariable entre 2012 y 2015.
Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de completar la educación secundaria en la mayoría de los países de la OCDE. Pero en cambio, ellos obtienen el doctorado más que ellas. Los resultados del informe PISA revelan que el comportamiento y las actitudes de los varones, dentro y fuera del colegio, tienen un fuerte impacto en su rendimiento y confianza en el aula.
La OCDE anima también a introducir cambios en los libros de texto para que ellas estén representadas en todas las carreras y que los dibujos no sean solo de personajes masculinos.
Portada del informe de la OCDE
Violencia machista
La violencia contra las mujeres es una «pandemia global». Así de claro lo dice el informe, que se hace eco de los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre que el 35% de las mujeres en el mundo han sufrido violencia sexual o física por parte de los hombres y que las parejas o ex parejas masculinas son responsables del 38% de los feminicidios. En 2014, una encuesta europea reveló que alrededor de 13 millones de mujeres habían experimentado algún tipo de violencia en los últimos 12 meses y el 33% había sufrido actos violentos desde los 15 años.
Uno de los aspectos sobre el que llama la atención el documento es el acoso sexual en el trabajo y critica que las actitudes públicas continúan reflejando un alto nivel de aceptación hacia la violencia doméstica. De hecho, en un informe de la OCDE con 160 países, una de cada tres mujeres justificaba la violencia en el hogar.
Aunque varios países están legislando al respecto y lanzando campañas para prevenir esta violencia, algunos, como Rusia, están actuando en la dirección opuesta. En 2017 el país despenalizó la violencia de género en varios supuestos.
Política y cargos públicos
En 2016, las mujeres ocupaban, de media, sólo el 28,7% de los asiento parlamentarios en los países de la OCDE. En este caso, España está en lo alto de la clasificación, pues es el séptimo país de la OCDE con más mujeres parlamentarias. La medalla de oro es para Islandia, seguido por Suecia y México. En el último puesto se sitúa Japón. En cuanto a las carteras ministeriales, los hombres ostentan el 70% de ellas, frente al 29,3% que están en manos de mujeres.
Una de las recomendaciones de la OCDE para reducir la brecha de género en esta área es la implantación de cuotas. Pero aunque bastantes partidos han acogido positivamente esta medida, lo cierto es que en los órganos legislativos la paridad está muy lejos de alcanzarse.
Estereotipos
Las actitudes públicas hacia los roles de hombres y mujeres van cambiando muy lentamente. Los estereotipos de género en el trabajo, el hogar y en la sociedad continúan siendo un gran obstáculo para la igualdad, recoge el documento, que alerta, además de que los estereotipos se asimilan pronto. Datos del último informe PISA revelan que, a los 15 años, chicos y chicas ya tienen visiones distintas sobre sus capacidades y ellas están menos satisfechas con la vida que ellos. Los padres también tienen diferentes expectativas para sus hijos dependiendo de si son varones o mujeres. Por ejemplo, en Chile, el 50% de los padres de chicos de 15 años esperan que trabajen en áreas STEM -ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas- mientras que para las hijas sólo lo desean el 18% de los progenitores.
Algunos países, como Reino Unido o México han lanzado campañas para que los padres animen a sus hijas a interesarse por estas áreas y que les abran las puertas. El informe insiste en que en muchos países persiste la «cultura del machismo» que impide a las mujeres progresar.
Economía
Pese a las trabas laborales, en Europa una de cada ocho mujeres aporta el 50% o más de los ingresos del hogar. En los países europeos de la OCDE la mujer es el principal sustento de la familia en un 36% de las parejas. Sin embargo, en los procesos de separación o divorcio, ellas pierden más económicamente. En Suiza, por ejemplo, las mujeres tienen tres veces más posibilidades que los hombres de ver disminuidos sus ingresos un 30% o más en caso de separación.
En general, los hombres tienden a manejarse mejor financieramente que las mujeres. En una encuesta de 2015 ellos se mostraron más capaces de hacer frente a un gasto inesperado que ellas, a cubrir las necesidades básicas en caso de pérdida de ingresos y a ser independientes económicamente en caso de separación de sus esposas o familias. Ellas, en cambio, creen que tienen menos conocimientos económicos que los hombres.
Conciliación
La OCDE lleva desde el año 2000 recomendando a los países que amplíen el permiso de paternidad y que, como mínimo, sea de ocho semanas. «Los Gobiernos deben hacer políticas para facilitar que ambos progenitores se impliquen en la crianza de los pequeños y las empresas deben ser más flexibles y facilitar la conciliación entre la vida laboral y la personal. No se trata sólo de una cuestión de eficiencia sino de justicia», recoge el informe.
Migración
Más de uno de cada dos migrantes en los países de la OCDE es mujer. Las mujeres son mayoría también en la categoría de «familias migrantes». La cifra de mujeres con estudios que migraron en esta zona aumentó un 80% entre 2000 y 2011. Y ellas «son más vulnerables que los hombres en esta situación».
Salud y cuidados
Aunque las mujeres son más longevas que los hombres, los años que los sobreviven suelen pasarlos con mala salud. Ellas viven de media 83,1 años en los países de la OCDE frente a los 77,8 de ellos. Además, experimentan más que ellos enfermedades debilitantes y que dificultan el día a día, como la artritis o la depresión. También son las principales encargadas del cuidado de los miembros mayores de la familia, dejando de lado otras actividades que los hombres siguen haciendo.
Fuente: http://www.elmundo.es/sociedad/2017/10/05/59d506e846163f982d8b45c5.html