Desde el sector del ocio nocturno se centrarán en potenciar la «detección precoz» mediante la identificación de los acompañantes de las víctimas
Madrid
Alrededor de 15 minutos. Este es el tiempo que transcurre hasta que aparecen los efectos de la nueva forma de sumisión química. Tras percibir un leve pinchazo en alguna de sus extremidades, las víctimas, generalmente mujeres jóvenes, presentan síntomas como somnolencia, confusión o pérdida de consciencia. Aunque aún no se ha asociado a abusos sexuales o robos, los Mossos d’ Esquadra investigan 14 denuncias por pinchazos en zonas de ocio nocturno.
Esta técnica para anular la voluntad de la víctima no es nueva, aunque sí en España. Hace unos meses, Francia y Bélgica detectaron varios casos de sumisión mediante un inyectable. Aunque las autoridades señalan que no estamos ante una oleada de casos, sí recomiendan vigilar las bebidas y avisar de inmediato al personal ante la más mínima sospecha. Precisamente, este jueves, el sector del ocio y el Ministerio de Igualdad han acordado la creación de «puntos violetas» en los baños de discotecas para prevenir agresiones sexuales.
Estas ubicaciones constarán de un código QR de información para que tanto las víctimas como sus acompañantes sepan cómo actuar ante una posible agresión sexual. Desde la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos señalan que este marco de acuerdo, “que es una víctima colateral de la pandemia”, se consigue tras «meses de trabajo». Su portavoz, Vicente Pizcueta, apunta que, antes de la crisis sanitaria, ya se había aplicado en Cataluña, Madrid o Valencia.
El objetivo es «crear protocolos de actuación en los establecimientos». Si bien es cierto que los locales pueden ceder las grabaciones de las cámaras de vigilancia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, Pizcueta destaca la «detección precoz». «Con el tema de los pinchazos tendremos más información a lo largo del verano, pero necesitamos actuar ya, sea por pinchazos o ingesta de alcohol», matiza.
Pinchazos en discotecas
Y es que la concienciación sobre estas técnicas de sumisión abre nuevos caminos. Tras lanzar la campaña ‘La violencia machista la paramos unidas’, España de Noche «lanzará un estudio» para conocer la percepción de la violencia en el sector para luego «crear ese salto de calidad que es la creación de protocolos». Por último, Pizcueta apunta que ante estos casos de pérdida de voluntad es fundamental “identificar a los acompañantes de la víctima” para determinar si son personas cercanas o los propios agresores.
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