Porque yo decido

Mar 18, 2014 | General

aborto
El Gobierno está en plena batalla contra las mujeres defendiendo lo que llaman derecho a la vida del nasciturus o no nacido. Los que defienden estas ideas se auto-denominan pro-vida.
No parece que sea eso lo que defienden cuando en lugar de trabajar por la educación sexual y la prevención de embarazos no deseados, lo que hacen es mantener las circunstancias que darán lugar a los abortos y esconder las cifras de los mismos, de nuevo, en la clandestinidad o en el extranjero.
Parece que tiene mas valor impedir un aborto que proteger la vida de una mujer, quizás porque siguen considerando lo que siempre ha mantenido la Iglesia Católica, la maldad intrínseca de las mujeres, causa de todos los males de la humanidad, desde Eva a nuestros dias.
¿Por qué solo se defiende la vida del feto y no se defiende con el mismo entusiasmo la vida de los ya nacidos?.
Son muchos los ejemplos que podemos señalar, hace solo unos dias murieron al menos 15 personas, inmigrantes, ahogadas en Ceuta. ¿Dónde están los manifestantes pro-vida exigiendo que no vuelva a ocurrir?, ¿dónde están los Obispos denunciando la negación de auxilio, de quiénes, agotados, pretendían llegar a la orilla?, ¿por qué no se defiende la vida en estas circunstancias?
Los seres humanos, por definición, somos individuos por separado. No se gana el estatus de “ser humano” por vivir dentro del cuerpo de otro ser humano.
Un feto NO es un futuro ser humano. Claro que tiene el potencial para poderse convertir en uno algún día, pero aún NO son seres humanos como tal.
Un feto es totalmente dependiente del vientre de una mujer para poder sobrevivir y requiere de la continua existencia del consentimiento de ELLA. Si es forzada a continuar con el embarazo, en contra de su voluntad, sus propios derechos e integridad corporal son violados.
De la misma manera que no puedes obligar a otra persona a donar sangre u órganos, no puedes obligar a una mujer a cargar con un embarazo que no desea.
Las mujeres somos mucho más que la función de madre. Si sexo sin consentimiento es una violación ¿cómo llamar a la maternidad no consentida?.
La religión ha establecido que la vida es obra de Dios y la mujer el instrumento necesario para que la obra llegue a buen fin, y eso es lo que justifica nuestra existencia. Por eso a las mujeres no nos permiten decidir, sino que nos imponen un triple sometimiento, a Dios, a la naturaleza y al hombre.
Nos empujan a ser mujeres “como Dios manda”

LA MATERNIDAD LIBRE NOS HACE A LAS MUJERES LIBRES, POR ESO EXIGIMOS EL DERECHO A DECIDIR, EL DERECHO A NUESTRA LIBERTAD.