Por Sonia Villarreal. Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación
Cuántas veces hemos escuchado a una mujer decir: “Me gritó, pero casi nunca lo hace”; “se puso así porque que estaba enojado”; “está estresado porque tiene mucho trabajo”; “se enojó conmigo, pero yo tuve la culpa”; “si me embarazo…seguro que va a cambiar”.
O tal vez frases como: “Me cela porque me quiere”; “me revisa el celular y me vigila, pero así son todos”; “a veces explota, pero es muy bueno”; “mientras no me falte nada”. Es común que este tipo de expresiones se utilicen para justificar los malos tratos que algunos hombres ejercen sobre sus parejas.
Minimizarlos o negarlos, nos liberan del “que dirán” o de pasar por una situación incómoda frente a los demás, pero no nos libera de los grandes daños que a la larga puede ocasionar.
Estas circunstancias que se viven a diario, pueden ser indicadores de una situación más grave de lo que parece, la “violencia en la pareja” es una problemática tan seria, que se han dado miles de casos en los que se llega a producir hasta la muerte.
El problema es que cuando vives dentro de una relación violenta, es difícil medir la magnitud, te acostumbras tanto a ella, que terminas percibiéndola como normal y en ocasiones, hasta necesaria. Sin importar el círculo social al que perteneces, la reacción ante situaciones de violencia suele ser la misma: Negarla, justificarla, o aceptarla como parte del destino: “Así me tocó vivir”.
¡Pero no!, la violencia no es normal y nada la justifica, por eso es muy importante que detectes los tipos de abuso a que puedes estar sometida:
Violencia física: estA la más notoria y fácil de detectar, puede comenzar con empujones, pellizcos, cachetadas, estrujamientos, y luego se va incrementando empiezan los puñetazos, patadas, quemaduras, desfiguraciones y como ya lo dijimos, hasta la muerte.
La emocional tiene un hilo muy delgado, porque a veces se da con insultos, gritos, amenazas, prohibiciones como: “No puedes ir con tu mamá”, “no puedes ir con tus amigas”, “no puedes salir o recibir visitas”, y a veces es más desdeñosa, se da con críticas permanentes, desvalorizaciones, como el decirnos que estamos gordas, que debemos de bajar de peso, que la ropa no se nos ve bien, llamarnos tonta, decirnos que siempre nos equivocamos, que no hacemos las cosas bien, que no servimos para nada, etcétera.
La violencia económica es más difícil de detectar, pero consiste en controlar el gasto, condicionar las compras y no dejarte acceso al manejo de las cuentas familiares, ni si quiera para el pago del gasto corriente en el hogar, ellos compran todo en señal de dominio y te quedas subordinada a sus decisiones.
Una amiga experta en este tema, me decía que muchas de las manifestaciones de la violencia se dan en el ámbito de lo económico, porque para muchas mujeres era “natural” ya que eso representaba el costo que tenían que pagar por “vivir bien”.
La violencia sexual es muy obvia, pero consiste en la imposición de actos de orden sexual sin que tu quieras. Dentro de este rango está incluida la violación marital, pues a pesar de que estés casada no tienes la obligación de participar si no estás de acuerdo.
Es importante poner atención a las situaciones que nos incomodan, que nos lastiman y que nos desagradan del trato de nuestra pareja hacia nosotras. Aceptar que somos víctimas de violencia por parte de la persona que queremos es muy difícil, sin embargo, es necesario reconocerlo y buscar ayuda, la violencia no es normal y es algo que debemos enfrentar aunque nos duela…Y tú ¿Qué opinas?
