Un día como hoy, el 8 de Marzo de 1908, trabajadoras del sector textil de la fábrica Cotton de Nueva York se declararon en huelga para reivindicar mejoras en sus condiciones infrahumanas de trabajo. Se encerraron en la fábrica ante la negativa del patrón a atender sus reivindicaciones. Se declaró un incendio (nunca se supo si fue provocado), muriendo todas las trabajadoras.
El color malva pasará a ser el símbolo de este día, por ser el color del tejido que estaban trabajando estas mujeres cuando les sorprendió la muerte.
En 1910, en la II Conferencia de Mujeres Socialistas, Clara Zetkin propuso el 8 de marzo como día internacional para reivindicar los derechos de las mujeres.
Tendrán que pasar muchos años hasta que la Asamblea General de Naciones Unidas en el acta de 1977, en la resolución 32/142, proclamase el día 8 de Marzo como el Día Internacional de los Derechos de las Mujeres. A partir de ese momento, en la mayoría de los países integrantes de Naciones Unidas se celebra este día.
En 1993, Naciones Unidas aprobó la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres definiendo esta violencia como actos relacionados con tres esferas, una de ellas es la violencia que se produce en el seno de la familia.
La violencia en el hogar es una de las violaciones más graves de los derechos humanos, porque sus causantes no son seres extraños, sino miembros de la familia, personas que disfrutan de una posición de confianza. Su alcance es internacional, tiene consecuencias sobre la salud física y emocional de las mujeres, niños y niñas, menores de edad, menoscaba su autoestima y la posibilidad de crecer con salud y normalidad. En sus peores circunstancias, se trata de una situación de vida o muerte, cuando las mujeres son asesinadas.
Hasta el día de hoy, han sido asesinadas 9 mujeres en tan sólo dos meses de este año 2004 recién estrenado. Cada año son más las mujeres que mueren en nuestro país por este motivo.
El asesinato es el último eslabón en la escalada de violencia contra las mujeres. El primer paso es el maltrato psicológico. Queremos hacer un llamamiento para sensibilizarnos todos y todas sobre este tema. Hay indicadores que nos pueden hacer ver si existen posibles maltratos psicológicos (los físicos son evidentes) en los ambientes donde nos movemos:
– Si las normas de la familia las impone el padre, sin considerar las opiniones o criterios de su mujer o pareja.
– Si el hombre es quien decide cuando puede salir de casa su mujer o pareja.
– Si se exige e incluso se impone que todas las tareas domésticas tienen que realizarlas las mujeres de la casa.
– Si existe el insulto o menosprecio continuado.
– Si no se considera, respeta e incluso agradece a las personas (en la mayoría de los casos mujeres) el trabajo que realizan en sus hogares: tareas domésticas, cuidado de niños y niñas, ancianos y ancianas.
Dice el refrán, más vale prevenir que curar. No seamos cómplices de estas situaciones que podamos estar viendo o viviendo.